Título: Cantos de Vida y Esperanza
Los Cisnes y otros Poema
Autor: Rubén Darío
 
Cantos de Vida y Esperanza es un punto de inflexión
en las letras hispánicas. La editorial ha pretendido inaugurar
su catálogo con esta obra porque cree —como otros tantos
mortales—, que un Rubén Darío maduro y visionario
regaló al siglo XX una obra maestra de las letras. Ha alcanzado
el espíritu profundo barnizado con las plumas de un
cisne moderno. Cada poema es una bomba lírica de posibilidades.
La métrica que se va despidiendo a principios de
siglo, resuena de una manera soberana y «ubérrima» al
evocar el cantar latino. Cada verso es una sorpresa. Una
alquimia nueva que supo mezclar a franceses, latinos, princesas
e indios.
Rubén Darío «al modo parnasiano, concibe el poema
como un único bloque marmóreo; y siente la atracción de
los temas exóticos y paganos, de un mundo coloreado,
mítico, legendario, poblado de belleza. De los simbolistas,
acepta la exigencia de la musicalidad —lo que le lleva a
rehabilitar o inventar estrofas, a cuidar los efectos sonoros
del verso—, el goce de la palabra en cuanto simple forma,
y, algunas veces, los tonos difuminados y tenues. En el viejo
Víctor Hugo nutre su ímpetu épico, su grandilocuencia de
poeta racial. Por fin, a Baudelaire y a Verlaine hay que atribuir
buena parte de su ‘demonismo’, su rebeldía antisocial,
su peculiar moral, que se debate entre la sensualidad
pagana y entre un catolicismo superficial y estético.»1 Con
respecto a la temática, Darío es elástico, transita entre la
consternación de la juventud y el destino ineludible. El espíritu
habita cada corte de carne. Se inspira en Pedro Salinas:
clama por el vuelo del erotismo, frenético y trascendente
pero nunca saciado. Esa tensión lírica es flagrante también
en la nueva musicalidad que mastica aspectos inquietantes
de su tiempo; historia, cultura y oráculos del sentir y del porvenir
hispánico.
Cantos de Vida y Esperanza de 1905, fue la piedra
angular que construyó el templo pagano del Modernismo
hispánico. Ese rótulo más o menos farragoso recoge desde
la poética de Becker hasta la generación del 27, o si se
quiere, hasta la Guerra Civil Española. Hay alguna polémica
de delimitación cronológica, y más problemas aún con
las convergencias y divergencias de los modernistas con la
generación decadentista del Noventa y ocho. En eso no me
meto y tampoco viene al caso ahora, pero por si acaso, os
dejo una cita que os puede hacer reflexionar:
«El Noventa y Ocho se caracteriza por una valoración
estética — y filosófica— del Tiempo, mientras el Modernismo
se define por una estimación estética —y sensorial—
del Instante »